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TEATRO PARA TODOS
Obra: La mujer de negro.
Lugar: Teatro Olympia.
Fecha: Del 6 de Septiembre al 1 de Octubre 2006.
El Teatro Olympia estrena su temporada con la reposición de uno de los mayores éxitos de su historia. La nueva versión de La mujer de negro no lleva la firma y el aval de Rafa Calatayud al frente de La Pavana, una compañía valenciana surgida a principios de los ochenta y que con este montaje en 1991 se dio a conocer más ampliamente. La obra, bajo el sustento del mismo texto de Stephen Mallatratt sobre la novela de Susan Hill, y en versión de Martínez Luciano y Ana Gimeno, es uno de esos bombazos del teatro mundial que lleva representándose desde hace décadas en Londres, y por qué no volver a sacarla por los escenarios de toda España. La productora El Palenque del propio actor Jorge de Juan es la encargada del proyecto, ahora bajo la batuta de Eduardo Bazo, curtido en espectáculos musicales, teatro e inauguraciones diversas. Los protagonistas son los mismos que se llevaron tantos aplausos y reconocimientos, De Juan y Emilio Gutiérrez Caba, que vuelven a demostrar su larga experiencia y enorme capacidad para contagiar al público a través de la presencia, del gesto y de la palabra. Se puede decir que sobre ellos descansa el mérito de una versión renovada en lo que se refiere a iluminación, efectos visuales y de sonido que son mucho menos austeros y artesanales que en el primer montaje. En este sentido La mujer de negro es una obra muy atractiva para cualquier tipo de público porque expone todos los resortes del juego escénico y ofrece un buen rato de entretenimiento e inquietud al espectador. Pero no por hacer más ruido se parten más nueces.
Amparo Ferrando
PELEA
EN LA CUMBRE
Obra: La cena.
Lugar: Teatro Olympia.
Fecha: Del 25 de Abril al 14 de Mayo de 2006.
Casi
dos años llevan Josep Maria Flotats y Carmelo Gómez
paseando este montaje por los teatros de toda España, y por
lo que parece, triunfando en lo que se refiere a números
de taquilla y alabanzas de los críticos. Y Valencia no iba
a ser menos. Con las entradas prácticamente agotadas en cada
día de función, las tres semanas que se mantuvo La
cena en cartel supieron a poco.
La obra en sí no tiene mucho secreto: un inteligente
texto y dos soberbios actores sobre el escenario para representarlo.
La apuesta es segura, pero que salga realmente bien tampoco es algo
que ocurra con facilidad. El brillante original firmado por el dramaturgo
francés Jean Claude Brisville es una elucubración
sobre lo que pudo pasar la noche del 6 al 7 de Julio de 1815 en
casa de Charles Maurice de Talleyrand, uno de los ministros de Napoleón,
que invitó a cenar a su principal rival y compañero
en el poder, Joseph Fouché. Ambos se reunieron para decidir
el futuro de Francia tras la derrota del Imperio; al principio de
la noche uno aboga por la República como la mejor de las
salidas, el otro cree más oportuna la Monarquía, y
entre delicias culinarias, reflexionan, discuten, se atacan y negocian
como hábiles carroñeros lo que más conviene
al "bien común", que es sobre todo particular.
Se trata, por tanto, de un período histórico rico
en artimañas e intrigas, en las que la lucha por el poder
no tenía límites pero, más allá de las
circunstancias concretas en que se inscriba la conversación,
los asuntos y estrategias de los que hablan son intemporales y perfectamente
reconocibles hoy.
Ante un espacio propio de la época pero bien medido
y nada ostentoso, lo más rico del montaje es el apasionante
tú a tú de esos dos personajes tan diferentes y a
la vez parecidos en sus ambiciones, que tan prodigiosamente interpretan
Carmelo Gómez y Josep Maria Flotats -que también ha
dirigido y diseñado el sonido y la escenografía-.
Ambos se alejan de sus registros más conocidos y realizan
una composición sutil y impecable de sus papeles, Flotats,
cínico y estirado, Gómez, lleno de fuerza y convicción.
Un ameno e incisivo entretenimiento.
Amparo
Ferrando
AUTOCOMPLACENCIA
Obra: Los misterios del
Quijote.
Lugar: Teatro Olympia.
Fecha: Del 5 al 14 de Abril de 2006.
Suele
ocurrir eso de ir al teatro creyendo que vas a ver una cosa y luego
resulta ser otra, sin embargo, no por habitual deja de sorprender.
Porque Los misterios del Quijote se presentaba como un montaje que
iba a elucubrar sobre las dudas que aún hoy existen acerca
de la autoría y el proceso de creación de esta obra
maestra de la literatura universal, y nada de eso aparece por ninguna
parte. Rafael Álvarez El Brujo nombra de pasada alguna teoría,
y sobre todo juega con el relato del capítulo tercero del
libro de Cervantes, entre bromas y referencias personales, y ahí
queda la presencia de El Quijote. Parece que con la celebración
del cuarto centenario de esta publicación ha buscado una
excusa para seguir divirtiendo y, eso sí hay que reconocerlo,
conectando con el público, pero las variables siguen sin
importar demasiado. Antes fue el Lazarillo de Tormes, luego San
Francisco, juglar de Dios, más tarde Una noche con El Brujo,
y ahora le tocaba al Quijote. Si la fórmula funciona, ¿para
qué adentrarse en otros territorios? Parece decirse a sí
mismo este veterano y consolidado monstruo del escenario.
En este montaje el protagonista absoluto en todos los sentidos no
es otro que El Brujo, que adorna su monólogo con lugares
comunes, tics y muestras de amuermado histrionismo, de tan repetido.
Referencias a la actualidad, bromas acerca de la cantidad de público
que habrá leído la obra de Cervantes y no El código
Da Vinci, algún que otro destello de crítica, y anécdotas
particulares... Como un juglar contemporáneo, que encandila
fácilmente al espectador que se deja hechizar por las idas
y venidas, pero que no trasciende el más de lo mismo ni se
esfuerza demasiado. Su capacidad y su habilidad para hacerlo es
indudable, pero para eso daba igual hablar de El Quijote que hacer
un monólogo a secas, de esos que se llevan tanto últimamente.
Amparo
Ferrando
UNA COMÈDIA D'ALTURA
Obra: Cuina i dependències.
Lugar: Teatre Micalet.
Fecha: Del 3 de Marzo al 9 de Abril de 2006.
El
Teatre Micalet te nou espectacle. Una cuina, cinc personatges, converses
que comencen inocentment i acaben per dinamitar les relacions que
eren d'amistat fins fa poc. Una nit i una sopaeta entre amics de
tota la vida que és retroben després d'anys de distància,
és un marc incomparable per a ficar en joc els enganys, gels,
frustracions i somnis de cadascú, ara que ja han arrivat
als cuaranta.
Este és el joc que ens proposa la Companyia que esta vegada
ha invitat per a encapçalar la direcció a la suïssa
Lilo Baur, també actriu que ja va vindre a València
per a interpretar el Hamlet de Peter Brook. Baur ha treballat amb
el Théâtre de Complicité i ha realitzat muntatges
per tota Europa. Ací dirigeix un conjunt d'actors ja coneguts
i ensamblats, que funcionen amb exactitud i dinamisme al mateix
temps.
Perquè Cuina i dependències es planteja com una comèdia,
i sens dubte divertix en la seua hora i mitja de duració,
però al mateix temps oferix reflexions i àcids comentaris
sobre la vida i les relacions humanes en què tots podem sentir-nos
identificats i quedar-nos amb somriure de mig costat, petrificat,
tan típic de les situacions que comencen sent gracioses i
acaben arribant molt dins. La identificació i l'interés
ho desperta qualsevol dels personatges, des del descarat germà
jugador, fins a la mestressa de casa frustrada en la seua relació
i en les seues aspiracions professionals, passant per la periodista
d'èxit o l'escriptor fracassat amb una visió, a priori,
molt fosca de la vida. Tots els personatges contenen una rica matèria
primera de la què els actors trauen tot el suc. Pilar Almeria,
Álvaro Báguena, Joan Peris, Josep Manuel Casany i
Isabel Carmona estan superbs, a estones incisives, a estones desbaratats,
però sempre entregats a uns papers plens d'imperfeccions,
d'humanitat.
En suma, el resultat és una obra sorprenent, fresca i divertida,
al mateix temps que intel·ligent i plena de força,
en la que res pareix fallar. Els actors, la direcció, l'escenari,
la música i la caracterització tan ochenteres, tot
confluïx en un conjunt ben avingut. Una xicoteta gran obra,
d'eixes que haurien de veure fins els que mai van al teatre.
Amparo
Ferrando
ADICTIVA PROPUESTA
Obra: Construyendo a Verónica.
Lugar: Sala Matilde Salvador.
Fecha: Del 18 de Febrero al 12 de Marzo de 2006.
Con
la producción y en el marco del Festival València
Escena Oberta (VEO), se ha presentado un montaje audaz e inesperado
en el que participan seis autores, tres directoras, dieciocho actores,
y tres artistas plásticos. El punto de partida, la aparición
del cadáver de una mujer que nadie reclama y la indagación
que de ello realizan las personas que la conocieron, sin duda despierta
el interés. También resulta novedosa la propuesta
de tres recorridos (gris, rojo y azul) para presenciar la representación
que realizan los intérpretes a unos palmos del espectador,
hablando de tú a tú; cada uno es diferente, y cuenta
con unos testimonios distintos, aunque desde ya podemos decir que
ninguno es la respuesta al misterio, porque sencillamente en el
mismo hecho de escuchar las distintas historias está el quid
de Construyendo a Verónica, ni más ni menos. Mención
aparte merece la brillante escenografía y el juego que se
hace de ella -con alguna sorpresa incluida-, que crea un ambiente
evocador y envolvente que a veces distrae pero que resulta bastante
fascinante.
Sólo porque desde Bramant Teatre se hayan atrevido con un
espectáculo así vale la pena el aplauso, aunque no
se pueda obviar que algunos textos son flojos frente a otros muy
potentes, y que las interpretaciones son desiguales; el trabajo
actoral es el que sustenta el montaje y en el cara a cara es donde
se evidencian las diferencias entre algunos, muy buenos, y otros,
no tanto, que no consiguen captar la atención ni estando
a dos metros de ti. Sin embargo esto no quita para decir que el
conjunto es un soplo de aire fresco y una propuesta que crea verdadera
adicción en el que lo ve. Se sale queriendo más, y
eso no es muy habitual.
Amparo
Ferrando
UN
BUEN PRINCIPIO
Obra: Lilith.
Lugar: Sala Moratín.
Fecha: Del 8 de Febrero al 5 de Marzo de 2006.
La
sala Moratín, ubicada en la quinta planta del edificio Rialto,
vuelva a entrar en la programación y acoge durante cuatro
semanas las representaciones de Lilith, un montaje que, como es
habitual en los trabajos dirigidos por Eva Zapico con la compañía
Copia Izquierda, une teatro y danza. En esta ocasión la producción
corre a cargo de Teatres de la Generalitat Valenciana.
Con la figura de Lilith como punto de partida -con toda la carga
simbólica de este personaje, icono de la mujer no sumisa-,
la obra indaga en la figura femenina y su evolución, y cómo,
pese a la apariencia de tener el terreno ganado en materia de igualdad
y respeto, el maltrato y la falta de respeto entre los sexos siguen
vivos. Con todos los años de lucha feminista a nuestras espaldas,
Lilith viene a decir que no hay tanto que celebrar y para ello se
recurre a figuras inevitables como Simone de Beauvoir o Sylvia Plath,
y a otros personajes interesantes como la cantante de blues Bessie
Smith que con su voz inicia y culmina la obra. Sin embargo se tiende
demasiado a recursos un tanto manidos para hablar de esa mujer que
no quiere ser la muñeca de nadie pero que parece que está
abocada o destinada a ello.
La obra tiene un tema contundente, sin duda, y por momentos lo desarrolla
con fuerza -especialmente en la coreografía y la plasticidad
del trabajo con los actores-, pero el excesivo juego con la estructura
entrecorta demasiado el discurso y finalmente el conjunto queda
algo disperso y desdibujado, no se sabe bien si por el texto, muy
desigual, o por la dirección que se ha hecho de él.
Amparo
Ferrando
UN DRAMA HELADO
Obra: Hedda Gabler.
Lugar: Teatre Principal.
Fecha: Del 23 de Enero al 5 de Febrero de 2006.
Dos
años después de estrenarse en el Teatre Rialto vuelve
a Valencia una de las producciones recientes de La Pavana, con ocasión
del centenario de la muerte de Henrik Ibsen, un dramaturgo clave
en el teatro contemporáneo, responsable de otras joyas como
Casa de muñecas. Hedda Gabler forma parte del repertorio
de textos clásicos del dramaturgo, una obra que enfatiza
en las contradicciones e hipocresías de la pequeña
burguesía. La protagonista es una mujer de fuerte carácter
atrapada entre sus deseos y su realidad, que se embarca en un matrimonio
de conveniencia; pese al esfuerzo de su fingimiento, los impulsos
y pasiones salen a flote y, como siempre que se reprime algo, lo
hace de manera extrema y dramática.
La fuerza y la riqueza del texto queda fuera de toda duda con su
reflexión acerca del conflicto entre el ser y el desear,
sin embargo el montaje dirigido por Rafa Calatayud no consigue transmitir
toda esa intensidad que la pieza requiere. Se ha pretendido crear
una atmósfera sugerente a través del eje central que
es el ring de boxeo en el que se desarrolla la acción, terreno
de Hedda y al que accede cada personaje en su tú a tú
con la dama de armas tomar. El ambiente en general está emparentado
con la esencia de las películas de cine negro clásicas,
y a pesar del ingenio de la apuesta global el resultado final es
de cierto estatismo en el desarrollo de las escenas. Los actores
hacen un buen trabajo, en especial Amparo Ferrer Báguena
como Hedda, Mamen García, como Julia Tesman, Resu Belmonte,
como Elvsted, y Jaime Linares, como Ludvorg. Sin embargo la sensación
que queda al final es que se podía haber conseguido mucho
más con una materia prima semejante. Es cierto que los textos
escritos hace más de un siglo hay que recibirlos con cierta
predisposición pero una obra tan compleja y apasionada debería
remover mucho más al espectador en su butaca.
Amparo
Ferrando
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